lunes, 18 de mayo de 2015

Algunos hombres buenos




Qué es lo que nos hace ser miserables.
El dinero, 
El poder,
la fama.
Qué puede ser tan fuerte, 
para que un hombre,
actúe de manera tan irracional.

Hoy mi corazón se compadece,
frente a la miseria humana.

Hombres y mujeres,
despojados de talento,
tentados en cada paso...
hipnotizados por el diablo.

Porqué caen.
Porqué somos tan estúpidos.
Porqué somos... 
tan miserables.

Triste ante la barbarie humana.
Avergonzada de pertenecer a una especie,
que más que amar,
mata.

Odio formar parte de este conjunto.
No podré levantar el vuelo nunca,
contemplando a todo este inframundo.

Qué puedo hacer yo,
desde mi mar y mi cielo.
No descansaré jamás, 
viendo todo este lamento.
No me queda otra que luchar.
Pero me siento tan pequeña...
así como David frente a Goliat.

Hay una cosa que yo tengo mucho,
y que siempre lo he tenido,
y se llama... amor.

Podría entregarlo cada día,
a cada minuto.
Sucede como algo espontáneo,
sin forzarlo.

Podría abrirlo,
a cada una de las almas perdidas,
que cada día me cruzo.
.
Quizás si les amo,
alguno pueda salvarse.
Si me apiado,
puede que vuelvan a tener fe.

Fe en que un mundo mejor, es posible,
fe en que no todos somos malos
fe en que aún quedan,
y aún existen,
los milagros..

Huy despierto,
no me basta con mi mar y mi cielo,
Me siento obligada a salvar,
a todos aquellas caras,
que asoman al mar.
A todos los brazos,
que en alto piden,
poder saltar a mi barca.
A todas las bocas abiertas,
que gritan en mi cabeza,
que les ayude a alcanzar la arena.

Esta isla protegida,
esta noche se apiada,
de todas las almas perdidas,
y de todos los que no tienen nada,

Mis palmeras hacen grandes ramas,
dan cobijo a tantas vidas...
Descansad un poco aquí,
naufragos,
El sol curará las heridas.

Esta noche..
esta playa  no es un paraíso,
es la forjadora de nuevas vidas.
Como formar un ejército,
de almas curativas,

Almas de algunos hombres buenos,
que vendieron su alma al diablo,
sin querer saberlo.

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