Dice mi psicóloga que piense en postivo.
Todo es malo porque sólo se me ocurre pensar en lo negativo,
que menosprecio las cosas buenas,
y lo positivo que tiene mi vida.
Siempre he sido alegre y optimista,
en qué punto hubo la inflexión.
Dice,
que los golpes que afrontamos,
nos hacen pensar así,
en negativo sin revelado.
Y que esto,
hay que revertirlo,
y aprender,
a encajar los golpes
con gracia.
Así,
voy anotando en una hoja
todas las cosas buenas
que me pasan al día.
Apenas salen dos frases,
y pensando mucho,
pero es verdad que por lo menos,
hay.
Cómo mirar
el lado bueno de las cosas?
No sé mirarlo..
bueno sí sé,
pero en el fondo no me lo creo.
Y eso,
es como no saber.
Ahora resulta,
que hay una gran fiesta en la vida,
y yo sin invitación.
Y si tengo invitación,
pues no encuentro qué ponerme,
ni cómo peinarme,
ni el maquillaje adecuado,
ni calabaza a la que convertir en carruaje.
Esta vez,
desconfiaba mucho
de que me sirvieran para algo
todas estas consultas.
Pero es cierto,
que mi nivel de ansiedad ha rebajado.
Y aunque sigo sin creérmelo mucho,
intento ver el lado bueno de las cosas,
y pensar en positivo.
Vivimos muchos años.
Y es antinatural.
Llegamos perdidos, infelices.
Es por las edades a las que llegamos.
O sólo soy yo.
Pero no creo,
mi caso sólo es un copia y pega de otro montón de dosieres archivados en la consulta.
Y me dice que no piense!
A mí!
Que me paso todo los segundos pensando!
Pero realmente hay momentos de no pensar nada?
es que es imposible,
en algo se piensa seguro.
Y cómo no pienso?
Sinceramente,
no sé si va a poder hacer algo conmigo.
Porque el hacer,
lo tengo que hacer yo.
Y yo,
no sé que hacer.
No sé cómo hacer.
No sé por qué hacer,
ni sé,
dónde hacer.
Más perdida que una brújula sin norte,
y más liada que la pata de un romano.
De verdad se puede sacar provecho de algo de aquí dentro?

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