viernes, 17 de marzo de 2017

PROUD

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Realmente soy yonki. Hacía mucho que no fumaba en el balcón y llenaba el teclado de ceniza. Me encanta fumar. Y fumo mirando dentro, no fuera a ser que se depertara mi hija y me viera fumando. Me escondo. Esto se tiene que acabar.. pero nunca se acaba del todo. Que agridulce es el tabaco.

Me gusta tanto ver a mis niños dormidos. Juan lleva dos noches que se despierta y viene a mi cama. Se mete sigiloso por el otro lado, se tapa y me da la mano. En 2 minutos ya está roncándome en el oído. Entonces abro los ojos, y le miro. Aprieto su manecita tan pequeña. Lo beso. Le toco el pelo. Y pienso en cuánto tiempo será el que pase hasta que deje de venir a mi cama y suelte mi mano. No sé cómo hay gente que no quiere tener hijos. No sé porque no les gustan los niños. Hace muchos años, yo tampoco quería ser madre. Gracias a dios los tuve. Cuantas cosas me habría perdido sin ellos. Mi vida sería mucho más tranquila y fácil, eso seguro. Pero podría haber sido tan feliz? Estoy segura que no. No fumaré más. Por ellos, y por mí primero.

Últimamente no sé qué escribir y me encuentro sin inspiración ninguna. Estoy calmada y tranquila. Y me siento muy bien. Sola. A menudo me siento orgullosa de mí. Voy consiguiendo poco a poco estar sola sin soledad, feliz y sin darle vueltas al pasado. Realmente es muy pesado mirar para atrás con frecuencia. A veces leo a otra gente, otras personas que sólo miran para atrás. Me dan pena, y me parecen imbéciles. Me da hasta rabia de que sean tan tontos. Me dan ganas de darles dos guantadas bien dadas para quitarles toda la tontería de encima. Pero sé, que esto es un proceso que andamos todos. Que nos ayuda a ser mejores personas si sabemos aprender de todo esto. Y crecemos por dentro.

El otro día iba por la calle camino del trabajo. Pensaba en todo lo pasado. En lo bien que estoy ahora. En que parecía imposible y en que no lo ha sido. Y se me saltaron las lágrimas por la calle, lágrimas de corage, de valor, de orgullo, de superación. Mis amigos creen que mi coeficiente intelectual está por encima de toda esta gente que voy conociendo, y que se nota a leguas. Realmente, me pasa que a menudo, cuando hablo con ellos, acabo dando un mitin, todos se callan y me escuchan. Soy líder sin darme cuenta. Mi profe de tecnología fue mi tutor. Me tuvo en el punto de mira bastante tiempo. Me hacía preguntas, le contestaba y me miraba en silencio. Nos hizo un test de coeficiente intelectual a toda la clase. Saqué la puntuación más alta. Me ofrecieron participar en una beca para irme a estudiar a Inglaterra. Tenía 15 años. Mis padres se negaron en rotundo. A veces pienso en este suceso. En cuánto podría haber cambiado mi vida de haberme ido. Pienso en mis padres tan arcaicos, machistas y pueblerinos. Yo ahora tengo hijos, y se lo que significa una oportunidad para ellos. No se la negaría en absoluto.

Al final... nunca fuí tan lista. Si hubiera sido lista no me habrían pasado todas estas cosas que me pasaron. Pero que más da. Estoy aquí, estoy bien, estoy de puta madre, y más que feliz, me siento en paz. Creo que esa es la felicidad, estar en paz con uno mismo, con la humanidad, con el universo.
Ni me cierro al futuro, ni le tengo miedo. Al contario. Tengo una sensación de emoción por todo lo que puedo descubrir aún. " y si me toca llorar, es mejor frente al mar...". Es emocionante no saber que me espera. Esta incertidumbre que siempre me acecha. La indecisión... es algo tan típicamente mío.

Me alegro de todo. De mi primera paliza, de mearme encima, de saborear la sangre, de la curación del día siguiente, de haberme casado, divorciado, de esperar un hijo, de luego esperar otro, de ser madre corage,  de meterte en mi cama, de echarte, de meter a otro, de echarlo también.. jajaja, no hay un hombre como dios manda o que cojones está pasando aquí! me alegro por ser como soy, por ser dulce, por reírme tantas veces, o llorar si tocaba, por hacer siempre lo que me ha dado la gana pese a la contrariedad y por estar aquí, en el balcón mirando al cielo, que es negro, y que precisamente por eso, las estrellas resplandecen tanto y se ven tan preciosas.

Me alegro de haber sentido tantas sensaciones. Tantos nervios. Tantos dolores. Los partos. La primera vez que cogí en brazos a mis niños. La primera vez que los amamanté. De ver sus caritas mientras mamaban. De coger la mano de mi abuela en la cama del hospital. Del abrazo que le dí a mi madre cuando pensé que se había perdido. De las noches en el sofá de mi hermano, desterrada. O de las noches en la caseta de un parque resguardada del frío. Del calor de unos brazos donde me enterraba a dormir cada noche. Entonces no tenía problemas de sueño, ni sabía lo que era.

Me siento orgullosa. Orgullosa. Orgullosa de mí y de todo.

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