El día de hoy ha amanecido templado.
El amanecer, como siempre,
precioso desde mi balcón.
Es el regalo de cada mañana,
son los colores,
los que acompañan al café
y a las legañas.
El día durillo,
pero no me quejo.
Otros habrán peores que yo,
seguro.
Además, he recibido halagos.
Mi trabajo lo desempeño a la perfección.
Yo ya lo sabía,
pero ellos no,
y están contentos.
Me advierten que en más o menos un año,
pego el salto.
Espero que no sea al vacío.
Tengo tantas ilusiones puestas en este proyecto...
tantas ganas de innovar,
de sorprender,
de hacer algo totalmente nuevo...
Me dejarán hacerlo?
Y con todo lo hermoso que me está pasando,
te añoro.
Siempre eché de menos hablar más contigo.
A menudo callabas.
No eras de compartir,
sino más bien de guardar.
Qué diferentes hemos sido.
Y todavía,
me pregunto porque te quiero.
Es que no lo logro entender.
Dicen que la razón del amor, es el amor.
Y creo que debe ser así,
porque razones no encuentro.
Pienso en si es atracción,
en si es admiración.
Pienso en si es obsesión,
o un pensamiento de posesión,
o una falta de autoestima,
o en la droga de mi cerebro.
Y saber que la añoranza de ese beso,
no va a detener el momento,
la partida.
La única razón del amor, es el amor.
Y no se puede luchar contra eso.

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