sábado, 10 de septiembre de 2016

En la bandera de la libertad, bordé el amor más grande de mi vida



Hoy tocaba comida familiar. Ha venido mi primo del pueblo, con su mujer y sus dos hijas, a pasar unos días aquí, en Barcelona. Y me he venido triste de casa de mis padres. Sabes? me da rabia cuando me chafan un buen día. Esta mañana estaba pletórica, radiante.. y ahora estoy triste con cara de alpargata.

Mi primo me dice que me vaya para el pueblo. Que allí no trabajaría. Y yo le pregunto... de qué voy a vivir primo? su respuesta ha sido...  un hombre con dinero, que te mantenga y vives como una reina. Tendrás quien te cuide los niños, tendrás quien te limpie la casa, y tendrás quien te haga la comida. No seas tonta prima!

Me he quedado perpleja. En cualquier caso, le he contestado que la que trabajaría sería yo, y que la que tendría dinero sería yo también. Piensa en tus hijos, me ha dicho él, que tú tienes dos niños ya. Se ha burlado de mis aspiraciones, de que aspire a tener un futuro próspero por método propio.
Y mi hermano también se ha reído. Y mi padre también. Me han hecho sentir fatal entre todos.

Estoy sola con mis dos niños, vale. Los estoy sacando a flote con todo mi esfuerzo y empeño, vale. En 3 años y medio no me ha hecho falta pedir dinero a nadie nunca, e incluso tengo dinero ahorrado. Pago a una canguro y me voy manejando como puedo. Y todo este esfuerzo, toda esta lacra que llevo encima, es porque me niego a ser una mantenida. No quiero. Nunca he querido. Me fui de mi casa, estudié para ser independiente económicamente, me separé para que no me anularan y me esfuerzo cada día para que a mis hijos no les falte de nada y para mejorarme a mí misma y ser mejor persona.

Se ríen porque no lo entienden. Porque me consideran inferior. Porque creen que una mujer no puede tener otro destino. Les jode que si tengo sexo, sea sólo por placer, que si estoy con alguien, sea porque lo amo, que si tengo casa, sea porque tengo dinero para pagarla.

Me hacen sentir de otro mundo, como si fuera la persona más extraña del planeta.Y lo consiguen. Y una vez más, en estos 34 años de andaduras, vuelvo a reflexionar, vuelvo a reafirmarme y a ratificar con mi gran bandera, que yo soy libre! y que siempre, siempre y siempre, he luchado, lucho, y lucharé, por mi libertad, y por la libertad de todas las mujeres de este mundo.

A veces creo que ese es mi cometido en esta vida.





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