martes, 30 de agosto de 2016

Sin control



Si me dejaras, ibas a tener que llevarme pegada a ti a todas partes. No pensaría desengancharme nunca nunca y nunca. Y es que me vuelves de una manera tan loca tan rápidamente...
Muchas veces me pregunto si podrás darme lo que necesito. Otras veces pienso en que ésa es mucha responsabilidad para nadie y que tú no tienes porque darme nada. Pero bueno, qué es una pareja sino es una simbiosis?
Aún conociéndote poco, entreveo una fuerte disposición a controlarlo todo. No se puede controlar todo. Eso es imposible. A veces, hay que dejarse llevar por las circustancias y sacar el lado bueno de las cosas. Supongo que la vida es eso, un montón de momentos cambiantes, algunos buenos, algunos malos, pero que en cualquier caso nos configuran, y nos hacen aprender, ya sea riendo o llorando, o riendo y llorando.
Realmente me siento fuerte. Sé lo que he sido, sé lo que soy, y sé lo que no seré. Se esfuma la indeterminación y el sufrimiento que lo engloba. Me he perdonado, y creo que es el hecho más altruista que voy a hacer jamás en toda mi vida.

Me perdono,
y soy libre.
Fluyo,
vuelo,
navego,
corro,
y soy libre.
Y vivo,
y me permito vivirte,
sin miedo
ni historias
ni celos
ni muertos.

Me perdono,
y soy libre,
de verte
de intuirte
de colarme dentro
y sentirte.

Quiéreme por lo que soy,
o déjame por lo que soy.
Porque no cambiaré.
Porque aprenderé a amarte,
porque aprenderás a amarme,
porque quizás ya te ame.
Sin control todo es más divertido,
sin control hay más sorpresas,
sin control todo es a la máxima potencia,
sin control, quiero que pierdas el control.
Sin control, haré que lo pierdas.
Sin control, funciona mi control piloto.
Y es sin control,
cuando intuyo y te veo.

Los imprevistos endulzan la boca,
entelan los ojos,
y mojan
con o sin lágrimas
la ropa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario