Harta de tanto machito.
No saben tratar a una mujer y además tienen el descaro de arremeter contra sus congéneres burlándose de sus formas respetuosas y elegantes,
y caballerescas.
Pero de qué van.
Una vez conocí un cielo.
Y era un cielo de verdad.
Caballeroso,
no podía ser más,
de honor,
luchaba cada día.
Y tan respetuoso,
que me respetó todo.
No puedo entender la burla.
Me temo que le envidian.
Ellos no tienen agallas
para descubrir a una mujer entera.
Y así las ven venir y pasar,
sin poder saborear,
la miel más dulce,
del néctar feminal.
Ganas de plantar,
a tanto machito insolente.
Si yo pudiera hablar,
les dejaría de piedra,
Relataría todas y cada una de las artes,
que sólo un cielo!
puede dar.
Hombres que no aman a las mujeres...
quién los quiere.
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