viernes, 21 de abril de 2017

Ojos color sol


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Encendí un cigarro. La primera calada me llegó hasta el alma. Hacía tiempo que no fumaba. Algunas noches recogía, a escondidas, algunas colillas del cenicero. Era mi ritual favorito. Ofrecía tabaco a la luna y el cigarro pasaba de unas manos a otras en una noche interminable de secretos.
Encendí un cigarro. Miré a la mujer que tenía enfrente. "Tienes ojos color sol" le dije. Ella me clavaba los ojos, la vista, la vida, sin parpadear siquiera. Había algo en su mirada. Había profundidad. Había el abismo, el cielo, el infierno, el pasado, el futuro, las cosas que no decía, las lágrimas secas, las risas destronadas, el fuego quemando en vivo.
"Te gusta fumar?" Ella alargó un brazo y me tomó el cigarrillo. Me habló del sol, de una vista soleada que existía en su memoria, del trigo, de un cortijo blanco rodeado de amapolas. Me habló de sitios que desconocía, de una serpiente de dos cabezas, de tsunamis gigantes que lo arrasaban todo, y de cómo los había visto pasar por debajo de sus pies. Me contó que una noche, la lava surgió de la tierra y fundió los cimientos del mundo. Y que de entre toda esa lava, encontró a un bebé que lloraba, asustado y rojo de calor. Esa noche, ella quemó su cuerpo, su pelo, sus huesos, y lo salvó. O al menos eso decía ella. Yo sabía que no lo había salvado. Sabía que se habían fundido los dos en la lava y desaparecieron.
Apenas quedaba cigarro ya cuando me lo volvió a pasar. Volví a coger aire, a inspirarlo hasta las profundidades. Le dije a la mujer que no iba volver a fumar. Di dos largas caladas  y apagué el último cigarro en un cenicero improvisado de papel de plata. En el espejo, veía como la luz del día entraba por la ventana de mi cuarto. La mujer adoptó la apariencia de alguien cansada. Sonó el despertador. Me miré por última vez en el espejo antes de ir a realizar las tareas cotidianas. "Mujer, tienes ojos color sol. No olvides nunca quién eres, ni de dónde vienes".

martes, 18 de abril de 2017

Qué asco sentir como siento

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Llevo unos días que te siento, y te siento más fuerte de lo normal. Pienso en si te ha pasado algo. Pienso en si estás bien. Pienso en si estás pensando en mí. No sé por qué te siento, pero te noto. Y me das miedo, me aterra. He puesto trabas a tu vuelta, pero sé que si te lo propones, derribas fácilmente todos estos muros. Y no entiendo por qué haces esto. Necesitas nutrir tu ego, necesitas hacerlo para mantenerte. Pero no es justo! y no sólo no es justo, es deplorable. He sufrido mucho, muchísimo, no te haces una idea, y no me merezco todo este trato. Yo no. No me merezco tener que temerte, ni que sentirte, ni que vuelvas para nada, para enamorame e irte. No merezco nada de esto. Y es muy injusto que no me dejes. Por qué no me sueltas de una vez. Tan grande es tu ego.
Vete. Es la segunda vez que te lo digo. Pero vete para no volver nunca más. Ya tienes un harén, olvídate de mí. No me parezco a ninguna de ellas. No me parezco a nadie. Vengo de otro planeta y vivo en otro mundo. No pertenezco aquí. Ni a ti ni a nadie. Ni siquiera te das cuenta. Es lamentable todo junto. No quiero sentirte más, vete y déjame descansar.
Y como buena gitana que soy, te pronostico que algún día dejarás de comporarte como un adolescente. Te digo que un día, te vas a arrepentir de todo. Allá entre los 50 y 60 me echarás de menos y te arrepentirás porque pensarás que pocas personas te han querido así como lo hago yo. Y te vas a arrepentir. Lo sé. Y tú también lo sabes. Por eso no me dejas, cabezón.

domingo, 2 de abril de 2017

El equipo Hoyt


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Hoy he salido a correr en una cursa. Antes de la general, han salido los discapacitados en sillas de ruedas, empujados por atletas. No sé cuántos de los que estábamos allí sabíamos por qué se hace esto. Me preguntaba cuántos de nosotros conocíamos la historia de Rick y Dick Hoyt.

Rick es discapacitado. Cuando nació, llevaba una vuelta al cuello del cordón umbilical y su cerebro estuvo en anoxia durante un tiempo, el suficiente para crear graves secuelas en él. Los médicos pronósticaron un estado vegetativo irreversible y propusieron su sacrificio con 8 meses de vida. Dick era su padre. Militar de profesión. Hizo oídos sordos a los diagnósticos médicos, y pese a toda la adversidad decidió educar a Rick como un niño normal. Dejó de trabajar. Él mismo ejercia de maestro. Diseñaron un ordenador para que Rick pudiera expresarse con el mundo. Era una máquina carísima inspirada en la de Stephen Hawking. Todo el mundo se opuso. Decían que era una máquina que daba voz a un cerebro prodigioso, y su hijo no tenía nada que decir al mundo. Dick nunca hizo caso del mundo.
Hicieron una cursa popular benéfica en su barrio destinada a ayudar a un niño con discapacidad. Rick pensó en participar, pero él no podía correr, así que pidió a su padre que lo hiciera por él. Dick, en su empeño porque su hijo fuera uno más, decidió que lo apuntaría a él a la carrera, y que si no podía correr, él mismo sería sus pies. Así, Dick empujó la silla de ruedas de su hijo hasta llegar a la meta. Fue la primera vez. Dick empujó a su hijo en maratones, triatlones... superó su miedo a nadar con terapia psicológica, y entrenó y entrenó. A sus 40 años y sin haber practicado deporte en su vida.
Rick consiguió graduarse y obtuvo la titulación universitaria en educación especial. Actualmente vive solo. Dick tuvo un amago de infarto al corazón, por lo visto tenía alguna una obstrucción de las arterias del 95%. Los médicos aseguraron que si no hubiera sido por la excelente forma física en la que se encontraba, habría muerto hace 15 años. De esta manera, Rick y Dick se salvaron la vida mútuamente.
Este caso sirvió de ejemplo para mucha gente. Muchos discapacitados empezaron a participar en cursas empujados en sus sillas de ruedas. Actualmente, hay disponibles a la venta en las tiendas de deportes, sillas con ruedas para poder correr empujando a los niños.

Lo imposible creó escuela.

A veces me pregunto quién soy yo desafiando a lo imposible. Llevo lucha. La llevo tan arraigada a mí que a menudo me acostumbro a su peso y me olvido de ella. No se puede estar siempre luchando. Es algo muy pesado. Entonces, me acuerdo de Dick y Rick, y pienso que si ellos pudieron, porqué yo no, si mi vida es mucho más fácil que todo eso.

No sólo salvaron sus vidas, sino que contagian con su espíritu a mucha gente. Personas que no lo han tenido fácil. Gente que lucha, que quieren tirar la toalla, que sufren. Y su ejemplo siempre está ahí, ayudando a sostenerlo todo.

https://youtu.be/v44egfXbKXQ



sábado, 1 de abril de 2017

Ni de ti ni de nadie

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A ver si te enteras ya,
que yo no soy tuya,
ni de ninguno.

Si me admiras porque soy libre,
me tienes que dejar que lo sea. 
Qué me ha costado mucho serlo,
y que no me lo puedes arrebatar,
ni exigir que sea pareja,
cuando estoy hara de decirte que no.

Basta ya,
que no soy de nadie,
ni de cualquiera.
Que salí de mi prisión,
que rompí mis cadenas,
que lancé al aire,
contra vientos y tormentas
mi suspiro de libertad.
Y que no la cambio,
ni me vas a hacer cambiar de opinión
jamás.
Que si sólo quieres verme feliz,
te digo que feliz ya soy!
Qué te lo digo!

Que yo no soy tuya,
ni de ninguno.
Entérate ya.

Y lo que más me fastidia,
pero tengo cada vez más asumido,
es que la hostia
te la voy a dar yo.