lunes, 25 de abril de 2016

Cómo enamorar a mi jovencita




Olvídate del amor,
ovídate de nadie,
cierra los ojos y mira dentro,
mírate, 
sin los miedos.

Miro,
y me suena algo.
Parece que reconozco a alguien,
a una jovencita.
Está asustada y tiene miedo.
Es gata criada entre monos.
Es sangre roja en sábanas blancas.
Es amor revuelto en cristales.

Algo especial tiene,
algo...que cuesta explicar.
Es como amor,
es como vuelco,
es una presión en el pecho,
con un dulce final.
Tanta sensibilidad desprende,
que se asusta, 
siente, 
y teme.

No pretendo que se asuste de mí,
ni que me tema 
ni que no me sienta.
Toca volver a enamorarla,
Para sentirla más segura,
y que coja confianza.

Cómo lo hago.

Muchos días,
cuido su cuerpo.
Lo baño, lo acaricio,
y le pongo  mil ungüentos.

Muchos días, 
le cumplo los deseos.
Sentirse más ágil,
estar en forma,
y evitar los malos humos.

Hay días en que le compro flores,
o los libros que ella me dice que le gustan.

Hay días en que lo consigo,
y ella, se siente segura.
Sale fuera,
y asoma tímidamente 
su cabeza,
paseando por mi afuera,
saltando con mi melodía,
y mirando el cielo.

Entonces, mi corazón hace brecha,
y ella de pronto,
se siente indefensa.

Entra rápido y se esconde
y teme,
y siente,
y se asusta.

No soy buena enamorando.
Me fustro, me enfado, 
y le digo que es débil
y que espabile ya.
Y sin quererlo empieza a darme miedo,
otra vez,
a mirarme dentro.

Una jovencita mal curada,
es la enfermedad que no sana.
Trabajo titánico,
y tarea superlativa,
la de no desfallecer.
Y aún así la siento en mis adentros,
y la quiero.
Y no quiero abandonarla,
no puedo hacerlo...
la amo, 
y algun día conseguiré,
que una joven que es amor,
me ame a mí también.

Y cuando pase esto, sé,
que vamos a ser invencibles.

 
 
 

 

 
 
 

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