jueves, 10 de marzo de 2016
Mis ganas de huir, dónde me las he dejado
Hace un año quería escapar. Hasta hace bien poco, quería huir a una isla desierta. Hoy, no encuentro el motivo. No sé por qué querría huir. Es que no lo recuerdo. Y no sólo eso, es que francamente, no encuentro ni sentido. Por qué querer huir? de qué? de quién?
Estoy tan agustito... mi casa, es perfecta, y me siento muy muy cómoda en ella, y es, a mi medida. Mis hijos, los amo con locura, muy muy fuerte, el corazón me voltea cuando pienso en ellos... y son, a mi medida. Respecto a mí, me siento perfecta, me amo, y me siento muy muy amada... y soy, a mi medida.
No logro entender, estas ganas de huir... a qué venían? El caso es que, fuera lo que fuera lo que me produciese estas ganas de huir, ya no está, ha desaparecido.
Me vienen dos frases a la cabeza.
Una,
que la respuesta no es la huída.
Y otra,
que nadie vale tanto sufrimento.
Y tengo dos cuadros en la cabeza,
y aún no encuentro la forma de sacarlos.
Y son buenos,
pero necesito técnica.
La técnica de un pincel que late,
y un corazón que resplandece
un millón de soles!
y un alma de Robbinson,
y unas lágrimas de algunos hombres buenos,
y un diablo que provoca brujería,
y una marea de razones.
Saldrán perfectos,
estoy convencida.
Tengo ganas de quedarme.
Para qué sirven las huídas?
Para huir de que´?
Y me río!
y lo digo con ganas!
me quedo!!
pues porque me gusta quedarme,
y porque pienso que a veces volver,
es el mejor de los caminos.
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