domingo, 25 de noviembre de 2018

Hiel en cada palabra

Estoy elaborando teorías nuevas. Sigo pensando en la realidad, en qué es la realidad, y mi curiosidad por el mundo que nos rodea, que no tiene límite. Porqué hay cosas que son como son, y otras no, todo es aleatorio? y mi intuición me dice que no, aunque siempre he sido partidaria de la casualidad.

Olvidé a mi exmarido relativamente fácil en poco tiempo. He olvidado a Don diablo, a veces inento escribir sobre él o sobre las cosas que nos pasaron.. y ya no me salen... ya no lo quiero, ni me acuerdo apenas nunca de él. He olvidado al guaperas de mi vecino, aunque sí que es verdad que a veces he sentido arrepentimiento.. no ha pasado de eso y cuando pienso en él, sé que ya no lo quiero. Pero tú estás ahí perpetuo en 4 años ya. Se me escapa del conocimiento lo que está pasando contigo. A veces me pongo romántica y pienso que es recíproco. Otras veces pienso que es como una obsesión rara y que se acabará pasando, aunque creeme que lo he intentado de todas las maneras posibles... Sin embargo, tarde o temprano vuelves a mi pensamiento como si nos llamaramos. Como si nos llamamos. Nos llamamos. Para mí esto resulta un misterio, aunque sospecho que tenemos algo pendiente, algo, que tenemos que hacer juntos para que se acaben los llamamientos. O quizás sólo sea mi mente perturbada obsesiva inconformista que no te deja en paz. Hoy, mientras estaba en el trabajo, pensaba que he sido orgullosa y que te he devuelto no sólo una, sino todas las veces que he podido, el daño que me infringiste. Creo que ya es suficiente, me he vengado y he dejado mi cabeza bien alta, con lo cual creo que es el momento de dejar de llamarte y dejarte ir. La guerra ha acabado, y tengo que seguir mi camino.

Pero qué curioso es todo siempre verdad? es imposible que todo sea casualidad. En cualquier caso, si tú eres para mí, me llamarás tú. Y yo responderé ante tí. Pero habrá hiel en cada palabra, y pinchos en cada abrazo. Si tú me llamas, cogeré la armadura, y se acabará esta prolongada tregua. Por mi parte, intento no llamarte más, que el silencio se rompa en Marte.

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