jueves, 30 de agosto de 2018

El hombre a parches

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Él no se va, realmente no lo entiendo. Desaparecen todos los que elimino de la lista, menos tú, que siempre vuelves a aparecer. No hay manera de sacarte y ya han pasado dos años. Me pregunto a veces si a ti te pasa igual, pero siempre llego a la conclusión de que si quisieras, hablarías conmigo, sin embargo no lo haces, y el silencio ya es una respuesta. Otra respuesta. No sé cuantas respuestas más necesito para confirmar que no te intereso. Realmene no lo entiendo, no entiendo porque no te vas de mí, no lo entiendo. A veces, cuando más obcecada estoy, creo que saldrás de mí cuando me vuleva a enamorar. El echo de haberme encerrado en una relación con alguien de quien era imposible enamorarme ha retrasado mucho tu olvido. Me quedé ahí, estancada, sin saber qué hacer o hacia dónde tirar. Ahora va a ser todo muy diferente, porque he arrancado de mí todo lo que me conectaba a ti, excepto que me sales en la lista cuando me conecto y es difícil olvidarme del todo. Otras veces, pienso en que estás con esa chica, sólo una que yo sepa, claro, y que es imposible ningún acercamiento porque simplemente estás con otra y yo dejé de existir desde el portazo. Cuantas veces recuerdo el portazo. He dormido tantas noches oyendo el ruido de la puerta y llorándolo... Otras veces pienso en que para qué quiero que vuelvas, si no eres capaz de darme lo que necesito, ni me quieres, y además me manipulas y me engañas. No, realmente no me has querido nada, qué tonta soy aún recordándote.

 El caso es que no quiero hacerlo y no sé muy bien cómo. No sé... tendré que pillar a alguno y enamorarme. Parece fácil. Este verano he estado al menos con diez tios diferentes, y no me ha servido ninguno. Ninguno. Lo cual me ha llevado a plantearme si tengo algún problema, si me pasa algo, pero llego a la conclusión de que no era ninguno para mí, y no me daban lo que necesito, unos por unas cosas, otros por otras. Imagino que el que sea para mí, del que me enamore, será un pack completo, la unión de los pedacitos que me han gustado de cada uno de los hombres que he tenido. Y así será el elegido. De tí, me gustaría que tuviera el pelo y la barba, y esa pose autoriatia, un poco rozando la arrogancia, que tanto me gusta en un hombre.

Estamos ya casi en setiembre, me espera un gran mes por delante. Aún me deprimo de vez en cuando y lloro un poco. Esta noche me ha tocado otra vez. Aún me dueles. En este sentido no me gustaría ser mujer. Vosotros lo tenéis más fácil porque no teneis ese instinto de buscar portección. No os enamoráis. Nosotras damos connotaciones románticas más fácilmente, y a veces acertamos, y a veces no y pasa lo que pasa, que damos todo y nos dan un portazo en las narices, hay peor menosprecio y humillación?

Me tengo que enamorar de otro. Debo abrirme más a las posibilidades y no ser tan exigente, pues nadie somos perfectos, y a mí también hay que aguantarme. Buscaré las cualidades que me gustan de cada uno, y fabricaré con los parches a mi amado,. Así lo imaginaré, y así será. Quiero dormir esta noche, no llorando, sino soñando con que el hombre parcheado me rodea en sus brazos y me acaricia el pelo.

Buenas noches, pesao que no se va de la lista.

domingo, 19 de agosto de 2018

Con las luces apagadas y el cielo encendido


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Pues sí, es verdad, uno nunca se acostumbra a echar de menos. Esta noche, mientras estaba en el balcón con un vaso de vino, me he sentido sobrecogida por la belleza del cielo. La media luna estaba preciosa, con Marte a la derecha, y algunas estrellas más en el fondo oscuro. He mirado por si por casualidad encontraba alguna estrella fugaz para pedirle un deseo, pero nada. Me he acordado de él, de que ningun hombre que encuentro se parece a él, y me he sentido apenada pensando en que nunca encontraré a alguien con nuestra sensibilidad. Luego he recapacitado un poco, he pensado en los hombres que tengo ahora, y aunque no sean como yo, bueno, al menos estoy bastante entretenida y no sufro. Y si no encuentro a nadie pues mejor sola. Pero no me lo creo ni yo. Me invade la nostalgia, me vienes una vez más a la mente mientras observo el cielo estrellado. Y recuerdo los últimos recuerdos, tu silencio, tu lástima por mí, tu portazo, tu no eres tú, soy yo. Y me duele tanto todavía, aún después de tanto tiempo... que me pongo a llorar un poco mientras pienso en lo desgraciada que soy y en la mala suerte que tengo. Entonces miro a la luna otra vez, y a Marte, y a las estrellas, buscando alguna fugaz, y en ausencia de efimeridades, pido un deseo directamente a la luna, el de siempre, con lágrimas en los ojos, que se acabe ya esta pesadilla. Es en este momento cuando me doy cuenta de lo cruel que soy. No pienso en la gente que lo pasa mal de verdad, en el tercer mundo, en los niños con hambre. Soy injusta, egoísta, ególatra... recuerdo mi "aquí no te has dejado nada", y mi "se acabo", así, sin acento, que te dediqué. Al fin y al cabo de todo esto, decidí, y tomé una decisión. Como he hecho con él, y debo aceptar las consecuencias. Tú encontraste a alguien mejor que yo, y estoy segura que él también lo hará en breve si lo dejo en paz. Por eso lo echo de menos esta noche también. Porque no encontraré nunca a nadie como él, y porque el vaso de vino vacío, hace que os vea con las luces apagadas, pero con el cielo encendido.

viernes, 10 de agosto de 2018

Cuando el embarazo llega a los 40

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Hoy he vuelto a soñar. He soñado que voy a tener otro hijo. Creo que voy a embarazarme otra vez, cada vez soy más mayor, pero creo que aún puedo parir hijos sanos. Es una locura, no pensaba tener más hijos. He visto la figura de un hombre canoso, unos años mayor que yo, de mi altura aproximadamente. He visto que cuando aparezca en mi vida no voy a tener dudas, ni miedos, sino todo lo contrario, una gran determinación. Y me va a embarazar otra vez.

De un año a otro la vida cambia abrumadoramente. Un año es así, y el otro es asá. En pocos años más me he visto quebrarme la cintura. Si, es verdad, seré una mujer madura, pero voy a estar preciosa.

Durante mucho tiempo fantasee con que fueras tú quien me quebrara la cintura. Ahora va a ser alguien que se parece a ti.